Christian Tok: entre ligereza y profundidad
Esta reflexión se encuentra en la línea de aquella otra que ya publiqué en mi blog “¿Evangelizar en las redes sociales?”: https://kristaualternatiba.blogspot.com/2025/09/evangelizar-en-las-redes-sociales.html
En el mundo de las redes sociales, donde todo va muy rápido y la apariencia suele importar más que el contenido, se ha creado un espacio bastante sorprendente: el de los influencers cristianos.
Jóvenes, parejas, presbíteros, religiosos y laicos están apareciendo en plataformas como Instagram, YouTube y, sobre todo, TikTok para compartir su fe de una manera accesible, cotidiana y, por qué no, viral.
Me refiero muy especialmente en esta ocasión al llamado «Christian Tok».
El «Christian Tok» es una burbuja dentro de TikTok - pero también de Instagram y YouTube - donde creadores de fe cristiana de todas las denominaciones publican vídeos cortos que hablan de Dios, la Biblia, la oración, las relaciones, la vocación, la conversión, la liturgia…
A menudo utilizan lenguajes visuales modernos, con montajes rápidos y música de moda. Desde contenidos divertidos hasta reflexiones teológicas, desde frases motivacionales hasta vlogs - videoblogs - sobre su propia vida: el «Christian Tok» realmente tiene y brinda algo para todos.
Se diría que la modernidad tecnológica y la dimensión espiritual pueden coexistir con cierta armonía. Y es bueno y necesario que así sea.
Con todo, y en todo esto, no pocos se plantean una pregunta legítima: ¿hasta qué punto es correcto aligerar los temas espirituales?
El humor, el lenguaje afable y la creación de contenidos pueden, sin duda, atraer fácilmente a muchos usuarios.
Pero hay que tener cuidado, porque el Evangelio no es un juego, y se corre el riesgo de reducir la fe a uno de los muchos contenidos que se consumen, entre un vídeo de cocina y un anuncio de ropa.
La espiritualidad es una esfera esencial de la vida humana y sería un error reducirla también al entretenimiento.
Algunos aspectos requieren necesariamente silencio, profundidad, reflexión; si todo se vuelve fácil o estético, corremos el riesgo de confundir la emoción con la conversión, o de buscar el consenso en lugar de la verdad.
Es verdad, la fe cristiana no es necesariamente seria, pero también es seria y debe tomarse en serio. Y las cosas importantes, por otra parte, a veces nos llaman a la formalidad.
Es correcto usar la ligereza cuando es necesario, y la alegría es parte integrante y profunda de la experiencia espiritual, pero no todo puede simplificarse. Se puede (¡de hecho, se debe!) hablar del Evangelio con frescura y vitalidad, pero teniendo mucho cuidado de no reducirlo a eslóganes. Del mismo modo, se puede contar el propio testimonio incluso con ironía, conservando al mismo tiempo su misterio.
Más que perderse en concursos de visitas y de links, la dimensión de las redes sociales puede ser una oportunidad valiosa para transmitir la verdad con caridad, la belleza con dignidad y la alegría con conciencia.
El reto puede ser encontrar ese espacio sutil y delicado en el que comunicar a Dios sin hacerlo espectáculo, sí para llegar al corazón de los demás, pero sin malvender la verdad en favor del algoritmo.
P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF
No hay comentarios:
Publicar un comentario