sábado, 11 de octubre de 2025

Una breve guía de lectura de la Exhortación Apostólica «Dilexit te».

Una breve guía de lectura de la Exhortación Apostólica «Dilexit te» 

El texto (https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/apost_exhortations/documents/20251004-dilexi-te.html) de la Exhortación Apostólica Dilexi te - «Te he amado» -, publicado el 9 de octubre de 2025, es la continuación de la Encíclica del Papa Francisco con un título similar, Dilexit nos - «Nos ha amado» -, de octubre de 2024. 

Dilexit nos, la cuarta y última Encíclica del Papa Francisco, se centraba en el «amor humano y divino del Corazón de Jesucristo». El texto ofrecía una especie de colofón cristológico a la Encíclica Laudato si’ de 2015, dedicada a la ecología de la casa común, y a la Encíclica Fratelli tutti de 2020, dedicada a la fraternidad humana. Dilexit nos repasaba la historia de la devoción al Sagrado Corazón y la proponía de nuevo a los cristianos del siglo XXI. 

Antes de morir, el 21 de abril de 2025, el Papa Francisco inició los preparativos para un nuevo documento, esta vez dedicado al amor a los pobres. 

La Encíclica se considera el nivel más alto de la enseñanza papal, mientras que la Exhortación Apostólica se considera generalmente el segundo nivel más alto. 

Los Papas suelen publicar Exhortaciones tras las Asambleas del Sínodo de los Obispos, una institución permanente creada por el Papa Pablo VI en 1965. Pero el Papa Francisco, por ejemplo, optó por explicitar y proponer el programa de su pontificado en una Exhortación Apostólica, la Evangelii gaudium de 2013. 

Dilexi te no es el primer documento papal que es ‘obra de cuatro manos’, es decir, fruto de la colaboración entre dos Papas. La primera Encíclica del Papa Francisco, Lumen fidei, se basaba en un texto redactado por su predecesor, el Papa Benedicto XVI. 

El 4 de octubre de 2025, festividad de San Francisco de Asís, el Vaticano anunció que el Papa León XIV había firmado el documento. Lo hizo en presencia del Arzobispo Edgar Peña Parra, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. El Papa vestía una mozzetta roja y una estola, un atuendo inusualmente formal, para la firma de su primer texto importante. 

Un vídeo (https://www.youtube.com/watch?v=re_twS5oRq4) de la ocasión reveló las líneas finales y el índice de la edición italiana del documento. 

Dilexi te se publicó en la festividad de San John Henry Newman, a quien el papa León XIV proclamará Doctor de la Iglesia el 1 de noviembre de 2025. 

La Exhortación se divide en 121 párrafos numerados y cinco capítulos. Con unas 20 000 palabras, es notablemente más breve que la Exhortación del papa Francisco Evangelii gaudium, que contaba con unas 50 000 palabras. 

En una breve introducción, el Papa León XIV reflexiona sobre el título de la Exhortación, «Te he amado», subrayando que la cita del Libro del Apocalipsis – Ap. 3,9 - es una declaración del amor del Señor por la primitiva comunidad cristiana en dificultades. Afirma que la frase de la declaración de amor del Apocalipsis «remite al misterio inextinguible que el Papa Francisco ha profundizado en la Encíclica Dilexit nos sobre el amor divino y humano del Corazón de Cristo».

Señalando que la nueva Exhortación tiene su origen en el papa Francisco, el papa León XIV escribe: «Habiendo recibido como herencia este proyecto, me alegra hacerlo mío —añadiendo algunas reflexiones— y proponerlo al comienzo de mi pontificado, compartiendo el deseo de mi amado predecesor de que todos los cristianos puedan percibir la fuerte conexión que existe entre el amor de Cristo y su llamada a acercarnos a los pobres». 

1) Algunas palabras que pueden ser esenciales: En el primer capítulo de la Exhortación, el Papa León XIV subraya que el amor a Dios es inseparable del amor a los pobres. «Estoy convencido de que la opción preferencial por los pobres genera una renovación extraordinaria tanto en la Iglesia como en la sociedad, cuando somos capaces de liberarnos de la autorreferencialidad y conseguimos escuchar su grito». 

Advierte a los católicos que no se complazcan en el servicio a los pobres, aludiendo a la muerte de Alan Kurdi, un niño sirio de dos años fotografiado boca abajo en una playa de Turquía en 2015. Dice que la imagen «provoco un gran impacto», pero lamentablemente «aparte de alguna emoción momentánea, hechos similares se están volviendo cada vez más irrelevantes, reduciéndose a noticias marginales». 

El Papa sostiene que más allá de algunos datos, a veces leídos e interpretados de manera parcial, las reglas económicas eficaces a veces para el crecimiento no lo han sido para el desarrollo integral: «aumentó la riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que “nacen nuevas pobrezas”. Cuando dicen que el mundo moderno redujo la pobreza, lo hacen midiéndola con criterios de otras épocas no comparables con la realidad actual». 

Lamenta el papa el hecho de que entre los mismos cristianos haya generalizaciones injustas y conclusiones engañosas: «el hecho de que el ejercicio de la caridad resulte despreciado o ridiculizado, como si se tratase de la fijación de algunos y no del núcleo incandescente de la misión eclesial». Esto, dice, «me hace pensar que siempre es necesario volver a leer el Evangelio… No es posible olvidar a los pobres si no queremos salir fuera de la corriente viva de la Iglesia que brota del Evangelio». 

2) Dios elige a los pobres: En el segundo capítulo, el Papa León XIV describe cómo la Iglesia ha llegado a aceptar la idea de que Dios tiene una «opción preferencial» por los pobres, una frase que tiene su origen en América Latina. Este término de preferencia, dice, «no indica nunca un exclusivismo o una discriminación hacia otros grupos», sino que subraya la compasión de Dios por los necesitados. A continuación, explora el tema del amor de Dios por los pobres en la Biblia hebrea y en el Nuevo Testamento. 

3) Una Iglesia para los pobres: el Papa León XIV recuerda que el Papa Francisco, poco después de su elección, expresó (https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/march/documents/papa-francesco_20130316_rappresentanti-media.html) su deseo de «una Iglesia pobre y para los pobres». El Papa León XIV reflexiona sobre cómo la Iglesia ha servido a los pobres en los últimos 2000 años, destacando por ejemplo el testimonio del Diácono San Lorenzo, así como el de los Padres de la Iglesia, entre ellos San Agustín de Hipona, que inspiró la creación de la orden agustina a la que pertenece el Papa. 

Y recuerda la forma en que los cristianos han atendido las necesidades de los pobres, mediante el cuidado de los enfermos, el compromiso monástico, la liberación de los prisioneros, la educación y el acompañamiento de los migrantes. Destaca por ejemplo a las mujeres que han prestado un servicio excepcional a los pobres en la memoria viva: Santa Teresa de Calcuta, Santa Dulce de los Pobres, Katharine Drexel, Sor Emmnuelle. Por último, reconoce la labor de los movimientos populares, comunidades de base acompañadas y dirigidas por laicos, presentes sobre todo en América Latina. 

4) Una historia que continúa: El Papa León XIV traza el nacimiento y el desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia católica, describiendo el Magisterio de los últimos 150 años como «una auténtica fuente de enseñanzas referidas a los pobres». Destaca como ejemplos particularmente significativos la Encíclica Rerum novarum de 1891 de su homónimo el Papa León XIII y la Encíclica Mater et magistra de 1961 del Papa Juan XXIII. 

Cita algunas contribuciones de sus predecesores más inmediatos, entre ellas la «lectura más marcadamente política» de la Encíclica del Papa Benedicto XVI de 2009 Caritas in veritate. Observa que el Papa Francisco ha incorporado al Magisterio la reflexión del catolicismo latinoamericano sobre la relación entre la Iglesia y los pobres. El Papa León XIV afirma que, como antiguo misionero en Perú, también «debo mucho a este camino de discernimiento eclesial». Y destaca dos aspectos de la contribución latinoamericana: la noción de que existen «estructuras de pecado» —modelos de injusticia profundamente arraigados— y la necesidad de ver a «los pobres como sujetos», es decir personas dotadas de capacidad de acción y no como simples destinatarios de la caridad. 

Reflexionando sobre las «estructuras del pecado», el Papa León XIV recuerda la sugestiva frase del Papa Francisco, la «dictadura de una economía que mata». 

«No faltan diferentes teorías que intentan justificar el estado actual de las cosas, o explicar que la racionalidad económica nos exige que esperemos a que las fuerzas invisibles del mercado resuelvan todo», escribe el Papa León XIV y sin embargo «la dignidad de cada persona humana debe ser respetada ahora, no mañana, y la situación de miseria de muchas personas a quienes esta dignidad se niega debe ser una llamada constante para nuestra conciencia». 

En una medida quizás sorprendente, el Papa León XIV intenta reforzar su punto de vista refiriéndose a una conocida crítica del año 1984 de la Congregación para la Doctrina de la Fe (https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_it.html) sobre la Teología de la Liberación, que describe como «un documento que al principio no fue bien acogido por algunos». La cita afirma que «La preocupación por la pureza de la fe ha de ir unida a la preocupación por aportar, con una vida teologal integral, la respuesta de un testimonio eficaz de servicio al prójimo, y particularmente al pobre y al oprimido». 

5) Un desafío constante: El Papa León subraya que el cuidado de los pobres es una tarea esencial para los cristianos. 

«El corazón de la Iglesia, por su misma naturaleza, es solidario con aquellos que son pobres, excluidos y marginados, con aquellos que son considerados un “descarte” de la sociedad», escribe, lamentando que «a veces se percibe en algunos movimientos o grupos cristianos la carencia o incluso la ausencia del compromiso por el bien común de la sociedad y, en particular, por la defensa y la promoción de los más débiles y desfavorecidos». 

Al concluir la Exhortación Apostólica, subraya el deber de la limosna, que afirma que «hoy no goza de buena fama a menudo incluso entre los creyentes», «no se practica», «se desprecia». 

Afirma que la mejor manera de ayudar a una persona desfavorecida es ayudarla a encontrar un buen trabajo. Cuando esto no es posible, la limosna es una necesidad. Esta práctica no exime a las autoridades de su responsabilidad hacia los pobres, observa, pero «invita al menos a detenerse y a mirar al pobre a la cara, a tocarle y compartir con él algo de lo suyo». 

El Papa León XIV concluye que «una Iglesia que no pone límites al amor, que no conoce enemigos a los que combatir, sino sólo hombres y mujeres a los que amar, es la Iglesia que el mundo necesita hoy». 

Dilexi te es un documento rico en citas, con 130 notas. El Papa Francisco es la fuente más citada en las notas. Lo cual no es de extrañar, dado que se trata de un documento escrito a «cuatro manos» y que el predecesor inmediato del Papa León dejó un amplio legado de textos tras un pontificado que duró 12 años. 

El documento del Papa Francisco más citado es su primera Exhortación, Evangelii gaudium, con 12 referencias, seguida de la Encíclica Fratelli tutti y por Gaudete et exsultate, una Exhortación de 2018 sobre la llamada a la santidad, con cuatro citas cada una. 

El Papa León también cita «Sobre el cielo y la tierra», un libro de 2013 que recopila las conversaciones entre el futuro Papa Francisco y su amigo el rabino Abraham Skorka. 

Quizás una de las referencias más sorprendentes sea a un documento de 1984 sobre la lucha contra la pobreza publicado por el Consejo de las Comunidades Europeas, Decisión (85/8/CEE) relativa a una acción comunitaria específica de lucha contra la pobreza (19 diciembre 1984). 

Queda también la huella del Arzobispo Vincenzo Paglia en el texto final. Hay una nota al pie que hace referencia a su libro de 2014 Storia della povertà (Historia de la pobreza). 

La nota al pie de página es una especie de presentación papal, valga la expresión, del libro. Observa que el tercer capítulo de Dilexi te ofrece ejemplos del compromiso de la Iglesia con los pobres a lo largo de los siglos. «En este capítulo propondremos algunos de estos ejemplos de santidad, que no pretenden ser exhaustivos, sino indicativos del cuidado de los pobres que siempre ha caracterizado la presencia de la Iglesia en el mundo. Una reflexión detallada sobre la historia de esta atención eclesial a los más pobres se encuentra en el libro de V. Paglia, Storia della povertà, Milán 2014», dice la nota. 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

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