viernes, 17 de enero de 2025

El Evangelio de las imágenes de los ojos, de las manos, de los pies.

El Evangelio de las imágenes de los ojos, de las manos, de los pies 

La revolución del cristianismo pasa también por el lenguaje. Jesús abre caminos más que concluye discursos; no proporciona soluciones ya preparadas, sino direcciones de búsqueda; involucra y pone al oyente en un itinerario. 

Las imágenes y comparaciones brotan de la voz viva de Jesús. Escucharlas es como escuchar el murmullo de la fuente, del momento inicial, fresco y fecundo del Evangelio, porque así vienen de la boca de Jesús. Las imágenes y comparaciones representan el punto más alto y brillante, el más refinado de su lenguaje, no la excepción. Para Jesús hablar en imágenes era la norma. No enseñó a través de abstracciones o conceptos, sino a través de imágenes. Las palabras generadoras de su mensaje (el Reino de Dios, Abba,…) no ofrecen conceptos sino metáforas, transferencias de significados de lo visible a lo invisible. 

¿Por qué Jesús decidió convertirse en profeta de imágenes? El lenguaje más adecuado a lo sagrado no es el filosófico o teológico, sino el poético. Si le quitamos la poesía y la metáfora a la Biblia, lo que queda es un montón de huesos. Quítense de la Escritura los Salmos, el Cantar de los Cantares, las profecías, el lenguaje mítico de los orígenes, y lo que queda son historias de guerras, crónicas de dinastías sangrientas, listas de leyes, prohibiciones y preceptos,... ¿Qué es más eficaz y cautivador, decir en lenguaje filosófico: Dios es el ser más perfecto y omnipotente, o sugerir, poéticamente: Dios es un padre experto en abrazos? 

El Salmo 19, por poner un ejemplo, nos ayuda a comprender esto poniendo su canto en boca de las criaturas silenciosas: los cielos narran la gloria de Dios... la obra de tus manos anuncia el firmamento… El día confía la historia al día... y la noche a la noche. El poeta Jesús se vincula a este antiguo poeta y dice: la tierra narra la gloria de Dios, la semilla narra la fuerza del Reino. 

Jesús toma imágenes de vida y las convierte en imágenes de Dios y de su Reino. Esta narración de día a día, de sol a sol, de estrella a estrella, de semilla a semilla, es la más democrática y la más laica, ha sido entregada a todos, no hay elegidos, gente preparada o no, no hay jerarquías ni iglesias elegidas que interpreten la narrativa de los cielos. El relato de la noche es para todos, no para unos pocos privilegiados. 

Con sus imágenes, Jesús alimenta en nosotros la facultad de la imaginación. Nos llama a dejar espacio a la hermosa y generativa capacidad de imaginar. Que no sigue un programa preestablecido, sino que abre una dinámica, una creatividad, una manera de ver el mundo desde otra perspectiva. Hablar en imágenes permite dar densidad a las palabras, concentrar su significado. Y la mayor parte de las veces sin necesidad de muchas ni grandes explicaciones. Si decimos… eres una flor, inmediatamente lo entendemos y todos pueden entendernos, incluso las personas de diferentes culturas, siempre que hayan visto una flor al menos una vez. 

Es importante reflexionar sobre el lenguaje que usa Jesús, y sobre el que usamos en la Iglesia, porque el lenguaje libera o enjaula. Incluye o excluye. Y puede convertirse en un instrumento de poder. La revolución del cristianismo pasa también por el lenguaje. Con la historia de Jesús, lo sublimemente trágico se encarna en lo extraordinariamente humilde, concreto, cotidiano. En el Evangelio, un carpintero, unos pescadores, mujeres y hombres corrientes se convierten en los protagonistas de la historia más sublime jamás narrada. Y el lenguaje de Jesús es coherente con su mensaje: era un laico que utilizaba palabras seculares para comunicar un mensaje dirigido a todos. 

Las imágenes no ofrecen una ecuación o definición estática, sino una dinámica, nos envuelven en una danza que sugiere. No presentan una definición de Dios y de su Reino sino que evocan y provocan transmitiendo capacidad de imaginar. 

La imagen es llamativa y fascinante. La mente del poeta piensa en imágenes, tal como soñamos. Las palabras son símbolos que nos permiten comunicar o describir dichas imágenes. Y si aprendemos a mantener una imagen positiva en nuestra mente, será posible transformar la forma en que vemos lo que nos rodea. Por eso el Papa invita a los nuevos cardenales a contemplar detenidamente esas imágenes con muy breves y sucintas pinceladas: ojos altos, manos juntas, pies desnudos. 

La invitación del Papa Francisco a mirar esas imágenes de lo que le gustaría que fueran los nuevos cardenales les hace tocar con las manos, visualmente, la realidad del cardenalato y por tanto acercan a los sentidos lo que las palabras no pueden hacer. Esa es su fascinación. De hecho, mirar y contemplar tiene un mayor impacto en la mente que leer. La visión por imágenes no requiere el ejercicio de la mente que conlleva la visión de códigos gráficos; por tanto no requiere capacidad para decodificar signos y elaborar conceptos abstractos. Por eso, por ejemplo, también los atletas aprenden mejor si pueden ver el movimiento corporal correcto a realizar. La idea de que cuando las personas podamos ver lo que necesitamos hacer, es mucho más probable que podamos hacerlo (y hacerlo bien). 

Acostumbrados a un uso exclusivo del lenguaje verbal y conceptual, con el tiempo perdemos la capacidad de explotar el "poder visual" de nuestro pensamiento, perdiendo la capacidad de lograr esa visión holística y sistémica que nos ayuda a explicar y comprender el sentido. “Ver” nos brinda un enfoque simultáneo, sintético y global, donde todas las partes se perciben y procesan simultáneamente. Sucede, al menos a veces, que el sentido y significado que buscamos se esconde más en la relación entre dos imágenes que en el encuentro de las palabras. 

Y ahora me quedo contemplando esas imágenes: ‘ojos altos’, ‘manos juntas’, ‘pies desnudos’. Una pro-vocación para la Iglesia que quiere ser más diaconisa que eminencia. 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿De verdad será posible una buena política?

¿De verdad será posible una buena política?   La comunicación, a cualquier nivel y desde cualquier ámbito político actual, convierte cualqui...