martes, 26 de agosto de 2025

La teología desde la periferia… una reflexión a partir de los de más allá.

La teología desde la periferia… una reflexión a partir de los de más allá

En el ámbito del pensamiento contemporáneo, la teología desde la periferia se distingue por su enfoque radical e inclusivo. Nace de escuchar las voces que a menudo son ignoradas, olvidadas o deliberadamente excluidas de las grandes narrativas religiosas: las personas marginadas, los pobres, los migrantes, quienes viven al margen económico y social, al borde o en la periferia social. 

Más que una disciplina académica, la teología desde los márgenes y desde las periferias sociales es un movimiento, una práctica comunitaria que sitúa en el centro de la investigación teológica las experiencias concretas y sufridas de los últimos, los oprimidos y los excluidos. Es una teología de la escucha, que sitúa en el centro a quienes suelen estar marginados y se pone en camino con ellos. 

Es importante subrayar que este enfoque existencial y relacional requiere tiempo, a veces mucho tiempo, y no es seguro que tenga éxito. Se trata, de hecho, de acercarse a personas que normalmente no son tenidas en cuenta y que, por ello, han desarrollado dinámicas defensivas que obstaculizan el diálogo inmediato. 

La Iglesia católica y otras confesiones cristianas han comenzado, aunque entre resistencias y contradicciones, a reconocer el valor de esta perspectiva. 

De hecho, ha sido necesario derribar las resistencias surgidas de una relación conflictiva, debido a las dinámicas también colonizadoras puestas en marcha a lo largo del tiempo, especialmente en los países en desarrollo. 

Crear relaciones de igualdad, rompiendo el clima de desconfianza que se respira, es el primer paso importante para una relación que pueda producir una reflexión teológica a partir de los últimos. 

El Papa Francisco, con su atención a los pobres, los migrantes y los excluidos, representa un ejemplo de apertura hacia una teología que nace de la periferia. Sus palabras invitan a «una Iglesia pobre para los pobres», capaz de escuchar el grito de los oprimidos y de actuar concretamente contra la injusticia. 

Es importante señalar que, en muchos contextos, los agentes de evangelización (laicos, religiosos, sacerdotes seculares…) llevan a cabo proyectos de inclusión, escuelas populares, comedores sociales, casas de acogida, talleres de formación ... 

Sin embargo, el camino aún es largo: persisten fuertes resistencias, discriminaciones y cierres identitarios. La teología desde la periferia social representa un desafío constante para no olvidar el rostro de quienes sufren. 

De hecho, es el camino, después de todo, que recorrió el mismo Jesús, el camino del vaciamiento de nuestras propias categorías culturales que, para nosotros los occidentales, son de supremacía sobre los demás. Un vaciamiento que tiene como consecuencia inmediata el hacerse pequeño, siervo, para crear esa relación de igualdad que es la única capaz de crear escucha, atención auténtica. 

Esta perspectiva no está exenta de críticas. Algunos teólogos temen que el mensaje religioso se reduzca a una simple acción política o social, perdiendo su dimensión espiritual y trascendente. Otros cuestionan la radicalidad de algunas posiciones, que pueden poner en tela de juicio dogmas inveterados y tradiciones consolidadas. 

El reto de la teología desde la periferia social es mantener un equilibrio entre la fidelidad al mensaje evangélico y la capacidad de innovar, de reinterpretar la fe a la luz de las nuevas necesidades y los nuevos sufrimientos. Se necesita diálogo, apertura, capacidad de escucha y discernimiento. 

La teología desde esa periferia invita a repensar profundamente el sentido de la espiritualidad. No una espiritualidad individualista y encerrada en sí misma, sino una espiritualidad encarnada, vivida en la lucha cotidiana por la justicia, la paz y la dignidad. Y la fe se convierte en camino, relación, encuentro: la oración se convierte en gesto concreto, la liturgia se transforma en acción solidaria. 

En este sentido, la teología desde la periferia social propone una nueva visión de Dios: no el Dios distante y juzgador, sino el Dios que habita en las heridas del mundo, que se hace cercano a los excluidos, que camina con quienes luchan por la vida, que se hace voz de los sin voz. 

La teología desde la periferia social, desde los que habitan en los bordes de los caminos, es mucho más que una corriente teológica: es un llamamiento a la responsabilidad ética y social, una llamada a transformar el mundo a partir de sus periferias. 

Y nos recuerda que la fe auténtica se mide por la capacidad de reconocer y amar el rostro de los excluidos y marginados, de luchar por la justicia y de construir comunidades acogedoras. 

En una época marcada por la crisis y las desigualdades, la teología desde la periferia social nos invita a no mirar hacia otro lado, a escuchar el grito de los oprimidos y a caminar juntos, con valentía y esperanza, hacia un mundo más humano y más justo

Todo ello es una reflexión a partir de la encarnación del Hijo de Dios... de su crecimiento y desarrollo como ser humano... de buena parte de su actividad misionera... que aconteció, precisamente, en las periferias geográficas y sociales. 

¿Nos imaginaríamos repensar el cristianismo, reformular la estructura de la Iglesia, redactar el Catecismo o el Derecho Canónico, ..., desde las periferias geográficas y sociales de Mongolia, de Madagascar, de Marruecos, de India, de ...?

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

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