jueves, 30 de enero de 2025

Credo (II).

Creo


Creemos en el Dios que Jesús vino a contar y revelar.

Creemos que Dios es, es amor, está presente. 

Creemos que Dios creó el Universo y lo sustenta, creó al ser humano libre para que pueda elegir buscarlo y colaborar en la obra de la salvación. 

Creemos que Dios es Trinidad, es decir comunión y relación, y que su rostro es misericordia. 

Creemos que Jesús es totalmente hombre, salvo el pecado que es no-humanidad, y totalmente Dios, un puente, un pontífice entre nosotros y Dios. 

Creemos que Jesús quería a su alrededor una comunidad de discípulos que anunciaran su Evangelio, Año de Gracia, y vivieran las bienaventuranzas, anticipando y manifestando el Reino de Dios, icono de la humanidad posible y redimida. 

Creemos que el Espíritu Santo acompaña a la Iglesia, la sostiene, la convierte, la corrige, la reaviva, la hace resplandecer en el rostro de tantos santos, oficiales o no, con los que nos acompaña. 

Creemos que todo hombre es capaz de Dios, llamado a ser parte de su gran plan. 

Creemos que la luz sólo se puede ver en la oscuridad y que la oscuridad existe y actúa pero no puede vencer a quien tiene al hombre fuerte que es Cristo en la puerta de su corazón. 

Creemos que el Espíritu actúa cuando la Iglesia ora, ama y proclama. Creemos que esta Iglesia está llena de dones unos para otros, de ministerios, útiles para la alegría mutua. Uno de estos ministerios, el petrino, está confiado a la custodia viva y radiante de la belleza salvadora del depósito de la fe. 

Creemos que Cristo regresará en la plenitud de los tiempos. 

Y nos alimentamos de esta fe a través de la oración, la Palabra, los sacramentos, la vida comunitaria, la maravilla de la Creación, la meditación, la compasión, el perdón. 

Amén. 

(En consecuencia no creemos que Dios sea alguien que castiga enviando un cáncer o un terremoto. No creemos que Dios sea un Papá Noel inútil e insípido. No creemos que Dios sea la proyección de nuestros deseos o nuestros miedos. 

Tampoco creemos que Jesús sea sólo un gran hombre, no creemos que sea un iluso ni que sea un hombre deificado. 

No creemos que el Espíritu Santo esté dormido. No creemos que el Espíritu Santo esté disgustado por despertar, acompañar y sostener semillas de santidad incluso entre hombres que no pertenecen a la Iglesia Católica. 

No creemos que la Iglesia sea una invención de los sacerdotes, no creemos que el mundo esté cayendo al abismo. No creemos que las divisiones en la Iglesia son obra de Dios sino de la fragilidad e incomprensión de los hombres y que, en consecuencia, todo lo que va hacia la unidad es voluntad divina. 

No creemos que el odio, el rencor, el miedo hacia los extranjeros y los refugiados defiendan al catolicismo sino, más bien, que ofende al mundo. Tampoco creemos que un buenismo genérico manifieste amor hacia ellos. 

No creemos que se deba utilizar a los Papas para para afirmar y hacer valer nuestras propias opiniones, ni que nadie, aunque se diga católico, pueda dar certificados de catolicidad a los Papas. 

No creemos que el clima pendenciero que algunos autodenominados católicos quieren imponer, incluso en la red, oponiéndose, insultando, juzgando, sea conforme a la voluntad de Cristo. Amén).

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

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