lunes, 1 de septiembre de 2025

Bienaventurado quien camina por el camino del Señor -Mateo 5, 1-12-.

Bienaventurado quien camina por el camino del Señor -Mateo 5, 1-12-

Tenemos ante nosotros palabras abismales, cuyo fondo no podemos ver, las más elevadas de la historia de la humanidad -Gandhi-. 

Es la primera lección del Maestro Jesús, al aire libre, en la colina, con el lago como telón de fondo, y como primer tema ha elegido la felicidad. Porque es lo que más nos falta, lo que todos buscamos, de todas las maneras, todos los días. Porque la vida es, y no puede ser otra cosa, una búsqueda continua de la felicidad, porque Dios quiere hijos felices. 

El joven Rabino parece conocer el secreto y lo resume así: Dios da alegría a quien produce amor, añade vida a quien edifica la paz. El Maestro se erige a contracorriente con respecto a todos los maestros nuevos o antiguos, aquellos fascinados por la realización de sí mismos, cautivados por la búsqueda de su propio bien, que lo refieren todo a sí mismos. 

El Maestro de la vida pone en fila a los pobres, los mansos, los hambrientos, las personas de corazón limpio y bueno, los que se interesan por el bien común, los que tienen los ojos en los ojos y en el corazón de los demás. Considerados perdedores, golpeados por la vida, son, en cambio, los hombres y las mujeres más auténticos y libres. 

Y para ellos Jesús pronuncia, con cadencia divina, nada menos que nueve veces un término típico de la cultura bíblica, ese «bienaventurados» que es una palabra clave, que aparece más de 110 veces en la Sagrada Escritura. Que no se limita a indicar solo una emoción, aunque sea la más bella, rara y deseada. 

Quizás podamos intuir algo de su rico significado cuando, al abrir el libro de los Salmos, el libro de nuestra vida vertical, nos encontramos de inmediato, desde la primera palabra del primer salmo, con ese «bienaventurado el hombre que no sigue el camino de los malhechores». 

Es esclarecedora la traducción del hebreo que hace André Chouraqui: «bienaventurado» significa «en camino, de pie, en marcha, adelante vosotros que no camináis por el camino del mal», Dios camina con vosotros. Bienaventurados, adelante, no os detengáis, obstinados en proponer la justicia, no bajéis los brazos, no os rindáis. 

Tú que construyes oasis de paz, que prefieres la paz a la victoria, continúa, es el camino correcto, no te detengas, no te desvíes, adelante, porque este camino va directo hacia el feliz florecimiento del ser, hacia los cielos y la tierra nuevos, da a luz hombres y mujeres más libres y verdaderos. 

Jesús relaciona la felicidad con la justicia, dos veces, con la paz, la mansedumbre, el corazón limpio, la misericordia. Lo hace porque la felicidad es relación, se basa en dar y recibir lo que nutre, cuida, custodia, hace florecer la vida. Y sabe posar una caricia sobre el alma. 

Y también a quienes han llorado mucho, un ángel misterioso les anuncia: Empieza de nuevo, retoma, el Señor está contigo, venda tu corazón, abre el futuro. Ocúpate de la vida de alguien y Dios se ocupará de la tuya. 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

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