El pobre será tu puerta santa
No es posible permanecer neutral ante la situación de
pobreza y las justas reivindicaciones que de ella se derivan por parte de
quienes la sufren: sería tomar partido por la injusticia y la opresión que hay
entre nosotros.
Jesús va a anunciar a los pobres la Buena Nueva. Es decir, que Dios construye el Reino junto
con ellos, que les da su salvación a través de ellos, que se identifica con
ellos y que revoca los juicios de desgracia y culpa formulados por quienes se
entienden en la materia.
Nosotros, en cambio,
encerramos herméticamente el Evangelio en aulas universitarias, salas de
conferencias o asambleas litúrgicas. Por otra parte, hay que defender un ‘statu quo’, por lo
que la orden impartida es tranquilizar, no sacudir las conciencias.
Jesús va a proclamar la liberación a los
prisioneros. Es decir, que Dios desea que el hombre sea libre y que la acción
de su gracia tiene como objetivo emanciparlo de los yugos de orden material o
espiritual. Que Dios levanta a quien cae y que no hay abismo que Él no conozca
o no frecuente.
Nosotros, en cambio, enseñamos primero a inclinar la
cabeza y luego a mantenerla inclinada. A renegar de nuestra dignidad de hombres
para ser servidores intachables del Sistema. De rodillas ante el becerro de oro
del bienestar y no para pedir a Dios el cumplimiento de sus promesas.
Jesús
va a proclamar a los ciegos la vista. Es decir, que Dios ilumina y disipa
nuestras tinieblas. Disipa nuestras dudas, cura nuestras heridas, consuela
nuestras melancolías. Que nos sostiene porque camina con nosotros.
Nosotros, en cambio,
enseñamos la ley y el cumplimiento, las formas y los conceptos. Construimos
verdades que resultan funcionales a nuestra necesidad de afirmación, pero no a
la búsqueda existencial y de sentido.
Jesús
va a proclamar a los oprimidos la restitución de la libertad. Es decir, que en
el proyecto de Dios no hay lugar para la opresión. Las relaciones solo se
desarrollan en horizontal, no en vertical. Que Dios no piensa en fortalezas con
vigilancia armada, sino en comunidades solidarias.
Nosotros, en cambio, enseñamos a convivir con la
opresión espiritualizándola en un sacrificio agradable a Dios. Remitimos
indebidamente el sentido de la justicia de Dios al más allá. Practicamos el
conformismo en estado puro.
Jesús
va a predicar un año de gracia del Señor hoy y aquí, nosotros un año de
interpretaciones jurídicas y promesas consoladoras para el más allá.
P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF
No hay comentarios:
Publicar un comentario