miércoles, 22 de enero de 2025

Dignidad infinita.

Dignidad infinita 

Sólo una visión trascendente de la vida puede atreverse con lo infinito. Una antropología como la cristiana también puede concebir y calificar de "infinita" la dignidad humana. Infinita, no sólo ilimitada, que es algo totalmente distinto.

 

La Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe -"Dignitas infinita"- del pasado 8 de abril se sitúa en la línea del pensamiento del que fue el Papa Pablo VI: "Ninguna antropología iguala a la de la Iglesia sobre la persona humana, ni siquiera considerada singularmente, en lo que se refiere a su originalidad, su dignidad, la intangibilidad y riqueza de sus derechos fundamentales, su sacralidad, su educabilidad, su aspiración a un desarrollo completo, su inmortalidad".

 

El ser humano pertenece a una nobleza que le es innata e intrínseca y que, al mismo tiempo, lo lleva más allá de lo contingente y lo proyecta hacia una dimensión que designamos con la palabra: "otra". ¿Puede decirse que esta última dimensión, "otra" dimensión, es su verdadero hogar?

 

No sólo un futuro que es para los creyentes la vida eterna o para los que no creen el panteón de la historia. Se trata más bien de ese "ir más allá" de la inmanencia que yace, aquí y ahora, en los pliegues más recónditos de cada gesto cotidiano, aunque rara vez tomemos conciencia de ello.

 

"Dignitas infinita" puede leerse según dos categorías interpretativas que caminan juntas y finalmente convergen. Esa Declaración da cuenta de una profunda reflexión -teológica y filosófica- sobre el valor intangible de lo humano.

 

Un valor que la razón en sí misma atestigua -y la fe cristiana confirma- en una circularidad de relaciones que elevan a la primera e iluminan a la segunda. Y, partiendo de esta invulnerabilidad, "Dignitas infinita" plantea un desafío. Nos invita a reflexionar sobre el valor incomparable de lo que es, a la vez, sujeto y objeto de nuestra acción. Y, por tanto, a recuperar la plena conciencia de la elevada vocación que le corresponde al ser humano.

 

Nuestros documentos (Constituciones, Declaraciones,…) dicen, con razón, que reconocemos y garantizamos los derechos inviolables del ser humano. Nosotros no fijamos esos derechos, sino que los tomamos de otra fuente, implícitamente reconocida como superior a nuestro propio dictado, y de ahí el compromiso de garantizar esos derechos. Se trata de una dignidad que no es otorgada o sostenida por una convención social, sino sustancial, no sujeta a otros factores ni reducida a ellos, sino originaria, en sí misma subsistente, como es la persona humana.

 

Significa que la dignidad humana tiene un fundamento ontológico, evoca lo "sagrado", lo que es intangible y como tal debe ser comprendido y reconocido. Pertenece al ser y no al tener. Persiste, como afirma el Papa Francisco en "Fratelli tutti", "más allá de toda circunstancia".

 

Una dignidad infinita prescinde de las atribuciones funcionales con las que un sujeto humano esté más o menos dotado, del nivel relacional y del rendimiento que es capaz de proporcionar o no al contexto social en el que vive. La pertenencia, como tal, al género humano es suficiente para que el individuo sea "persona" en todos los momentos de su existencia.

 

En cuanto a nosotros, entiendo que esta Declaración -en nombre de la dignidad del ser humano- también nos recuerda el drama de la pobreza, la guerra, el calvario de los emigrantes, la trata de seres humanos, los abusos sexuales, la violencia contra las mujeres,…, y tantas otras realidades inhumanas.

 

Un verdadero desafío para nuestro mundo que tal vez sólo pueda abordarse partiendo de una conciencia común de cuál es el verdadero valor humano que hoy está dramáticamente en juego. La vida humana, cualquier vida humana, toda vida humana no tiene precio sino dignidad infinita.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

 

Posdata:

 

Aconsejo vivamente la lectura y estudio de un diálogo sobre la dignidad entre dos filósofos -Adela Cortina y Javier Gomá- por ser esclarecedor y de grande (¿permanente?) actualidad: https://ethic.es/entrevistas/el-origen-de-la-dignidad/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La teología desde la periferia… una reflexión a partir de los excluidos y marginados.

La teología desde la periferia… una reflexión a partir de los excluidos y marginados En el ámbito del pensamiento contemporáneo, la teolog...