Ideologías de muerte
Joseba, ¿crees que existe una proporción justificable entre el horror del 7 de octubre de 2023 y la masacre de Gaza? No, no lo creo.
¿Crees que la necesidad de Israel de defenderse del terrorismo justifica el exterminio de civiles indefensos? No, no lo creo.
¿Crees que hay alguna razón política que pueda justificar la muerte de miles de inocentes? No, no lo creo.
¿Crees que es humano matar de hambre y humillar a una población? No, no lo creo.
¿Crees que los Gobiernos de Europa pueden hacer mucho más de lo que están haciendo para desvincularse del Gobierno israelí? Sí, mucho más.
Pero a mí también me crea serios interrogantes que Hamás no haya liberado y no libere a los rehenes.
Uno siempre puede cuestionar lo que queda en la sombra.
¿Quién ha vuelto a ver los rostros de los rehenes detenidos desde el 7 de octubre de 2023? ¿Y cuántos de ellos siguen realmente vivos? ¿Y cómo han vivido estos dos largos e interminables años? ¿Se han convertido en fantasmas? ¿En espectros? ¿En zombis? ¿Qué significa vivir convirtiéndose en escudos humanos? ¿Cómo es posible convertir a todo un pueblo en un escudo humano?
Mientras nos asaltan a diario las terribles imágenes de la destrucción de Gaza, ¿quién en el mundo se preocupa ya por ellos? ¿Alguna vez han pensado en reivindicar su derecho a la libertad o en criticar las condiciones inhumanas de su cautiverio?
Pero, sobre todo, ¿por qué Hamás no los libera? ¿No es esa la petición del belicista Benjamin Netanyahu para poner fin a la guerra? De haberse producido esa liberación ¿se habría conseguido al menos un alto el fuego inmediato? ¿Se habría puesto fin a la masacre? ¿Todo hubiera sido diferente?
De hecho, la decisión política de Hamás de no liberar a los rehenes ha convertido al pueblo de Gaza en un objetivo militar. Pero, ¿crees que eso justifica realmente la destrucción de hospitales, el asesinato de periodistas, el hambre de una población, el éxodo forzoso? No, no lo creo.
Y, sin embargo, la pregunta me sigue rondando la cabeza: ¿por qué Hamás no ha liberado y no libera definitivamente a los rehenes?
Si intentamos leer la tragedia de Gaza a partir de los cuerpos de los indefensos, la negativa a liberar a los rehenes revela la subordinación de todos estos cuerpos —los de los rehenes y los del pueblo palestino— a la locura de la ideología.
Porque es la ideología, por definición, la que oculta los cuerpos y los convierte en sacrificables.
¿Cabría la pregunta de por qué ninguna manifestación, ninguna presión internacional —comparable a la que se trata de ejercer en defensa del pueblo palestino— parece movilizarse para defender a los rehenes secuestrados por Hamás? ¿Por qué no se ha ejercido una acción política igualmente fuerte en pro de su liberación y, en consecuencia, del fin de la guerra?
La ideología, decía un judío llamado Sigmund Freud, es una mancha ciega que obstruye la visión y la hace parcial.
Pero, Joseba, ¿crees que esto explica o, peor aún, justifica la apropiación de tierras y la masacre de palestinos indefensos por parte del Gobierno de Benjamin Netanyahu? No, no lo creo.
Y, sin embargo, tampoco creo que defender la causa del pueblo palestino imponga la detención de rehenes. No lo creo, a no ser que sea para convertir a ese mismo pueblo palestino en mártir sacrificial de una ideología de muerte.
P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF
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