Preguntas ¿pertinentes? en una conversión sinodal de la pastoral eclesial
¿Por qué no conseguimos cambiar? ¿Cómo favorecer un cambio significativo? ¿Por qué el cambio no se produce de manera satisfactoria? A veces, ¿no será más bien a menudo?, nos enfrentamos a estas preguntas también en nuestra Iglesia.
¿Cuáles suelen algunas razones del fracaso de los procesos de desarrollo organizativo en nuestra institución/organización eclesial?
Hoy en día, de hecho, incluso al replantearnos las formas y los lenguajes de las experiencias eclesiales, nos enfrentamos a una crisis que señala la oportunidad de cambiar la forma de cambiar y plantea la oportunidad de buscar nuevos enfoques de la realidad-experiencia.
- El cambio no responde a las necesidades reales del beneficiario o
destinatario de la acción promovida por la realidad organizada, sino a
optimizaciones y/o racionalizaciones internas. En algunos casos, no existe
una conciencia compartida sobre a quién se dirige la misión de la realidad
organizada.
-> ¿Somos conscientes de quién es el destinatario principal de la misión de una realidad eclesial? ¿Para quién existimos y trabajamos?
- No se involucra en el diseño del cambio a quienes luego deben llevar a cabo la transformación de los procesos y las prácticas ordinarias de la organización. Si hay que modificar las funciones y el papel de cada uno, y si estos se verán modificados por algunas decisiones estratégicas, es necesario que las personas que se verán afectadas por estas decisiones participen en los procesos de toma de decisiones que las promueven.
-> ¿Cómo se conciben los procesos participativos y decisorios de una realidad eclesial? ¿Cómo se lleva a cabo el discernimiento comunitario y la orientación compartida hacia la acción?
El cambio responde a preguntas que surgen de una representación abstracta de los problemas, que no se han aclarado concretamente desde el principio. Muy a menudo, las preguntas o son demasiado vagas, o sugieren ya la solución, o son demasiado abstractas. Falta concreción y, en consecuencia, la acción que se deriva de las preguntas es confusa e incierta, lo que a menudo produce frustración.
-> ¿Son concretas las preguntas que nos planteamos? ¿Cuáles son los prejuicios que damos por sentados y que influyen en nuestra visión de la realidad?
- En la búsqueda de soluciones de cambio no se tiene en cuenta la biografía específica de la organización y los pasos clave que han determinado su identidad. Aunque dos realidades operen en el mismo ámbito y sean técnicamente el mismo tipo de organización, su biografía determina la oportunidad de elegir diferentes dinámicas de crecimiento y funcionamiento.
-> ¿Somos conscientes de la historia de nuestra realidad eclesial? ¿Conocemos los talentos y los límites de los agentes pastorales y de nuestras comunidades eclesiales y plataformas pastorales?
- Las soluciones de cambio son buenas, pero no van acompañadas de la determinación de procesos específicos de acompañamiento con recursos dedicados. Se toman decisiones, pero no se cuida el «seguimiento», es decir, determinar quién se encarga de «poner en práctica» esas mismas decisiones y de acompañar y apoyar a las personas involucradas en ellas.
-> Además de discernir «qué» debemos hacer, ¿nos preguntamos «cómo» hacerlo? ¿Estamos atentos a diseñar procesos de acompañamiento de las decisiones eficaces?
- Se proponen simplificaciones, es decir, soluciones de cambio racionalistas o relativas a una sola parte de la organización sin tener en cuenta la complejidad del conjunto - visión sistémica -. En una organización, cada parte está conectada con el todo y hay interacciones que deben tenerse en cuenta.
-> ¿Estamos llevando a cabo pequeños ajustes o adaptaciones, o estamos creando las condiciones para un cambio paradigmático? ¿Trabajamos a corto o largo plazo?
- Existen conflictos de intereses implícitos y no declarados de forma transparente entre los diferentes niveles jerárquicos de la organización. A veces se piensa, se actúa y se elige por una ventaja secundaria que, incluso de forma inconsciente, se creer que aporta un beneficio indirecto.
-> ¿Estamos tratando de cambiar para satisfacer los intereses parciales de algunas figuras eclesiales y pastorales? ¿Cómo promover un cambio que genere un aumento de valor para todos los que forman parte de la organización eclesial y para sus destinatarios?
- Los agentes del cambio, es decir, aquellos que participan y se implican activamente en un proceso experimental innovador, son instrumentalizados por la gobernanza y se vuelven ineficaces para los fines del proceso de cambio, o bien no se comparte un mandato claro y público - bien comunicado - sobre su misión.
-> ¿Hemos comunicado bien a todos los sujetos de la realidad eclesial la naturaleza y el fin del cambio que se quiere proponer e iniciar? ¿Hemos dado un mandato compartido con los agentes del cambio que están llamados a custodiar el proceso?
- Las intervenciones de formación que acompañan al proceso de cambio no están relacionadas con los propios procesos o están desalineadas con respecto a las estrategias organizativas que se están llevando a cabo.
-> ¿Estamos proponiendo una experiencia formativa adecuada para las figuras pastorales y los ministerios involucrados en el proceso? ¿La formación es sinérgica con el proceso de cambio?
- El cambio se centra principalmente en mejorar la calidad de las
relaciones, dejando en segundo plano la estructura organizativa, que
permanece inalterada. Estos dos ámbitos están interconectados y actuar de
forma desequilibrada en uno de ellos no produce los resultados esperados.
-> ¿Cómo cambiar las estructuras y los procesos internos para que la calidad de las relaciones se beneficie de ello?
Quizás el lenguaje utilizado aquí pueda percibirse como demasiado técnico o ajeno a la dimensión espiritual y trascendente propia de una realidad eclesial.
Y, sin embargo, creo que un trabajo serio de verificación y reflexión sobre estos puntos, entre otros puntos, llevado a cabo en el contexto de una realidad eclesial que se siente llamada a poner en práctica una conversión pastoral, podría dar buenos frutos y desplegar energías espirituales y pastorales renovadas e inesperadas.
P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF
No hay comentarios:
Publicar un comentario