viernes, 31 de enero de 2025

Credo (XVII).

Creo


Creo, sí creo que un día,

tu día, mi Dios,

avanzaré hacia Ti

con mis pasos vacilantes,

con todas mis lágrimas

en la palma de tu mano,

y este maravilloso corazón

que me diste,

este corazón

demasiado grande para mí

porque está hecho para Ti...

 

Un día vendré,

y leerás en mi cara

toda la desesperación, todas las luchas,

todos los vericuetos

de los caminos de la libertad.

Y verás todo mi pecado.

Pero yo sé, Dios mío,

que el pecado no es grave,

cuando esté en tu presencia.

 

Porque es delante de los hombres

cuando uno es humillado,

pero ante Ti

será maravilloso ser tan pobre,

¡porque soy y seré tan amado!

 

Un día, tu día, Dios mío,

iré hacia Ti.

Y en la auténtica explosión

de mi resurrección,

lo sabré entonces,

me encontraré desnudo

ante la ternura que eres Tú.

Mi libertad seguirás siendo Tú.

 

Vendré a Ti, mi Dios,

y me darás tu rostro.

Iré hacia ti

con mi sueño más loco:

pondré el mundo en tus brazos.

Iré hacia ti,

y gritaré a todo pulmón

toda la verdad de la vida en la tierra.

 

En el umbral de la parta de tu casa,

como el pródigo hijo,

te gritaré mi grito

que viene de lo más profundo de los siglos:

"¡Padre!

Traté de ser un hombre,

y yo soy tu hijo."

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF


Credo (XVI).

Creo


Yo creo en Dios Padre

quien creó a la mujer y al hombre a su imagen y semejanza

y confió el cuidado del mundo a dos:

y vio que esto era muy bueno;

quien le pidió consentimiento a una mujer

para llevar a cabo su obra de salvación.

 

Creo en Jesús nacido de mujer;

que escuchó y valoró a las mujeres

y los protegió contra las acusaciones de los hombres.

Quien tenía mujeres discípulas que le seguían y le servían.

Quién se apareció primero a María Magdalena y a otras mujeres,

y fueron las primeras enviadas a anunciar

la Buena Noticia de su Resurrección a sus discípulos.

 

Creo en el Espíritu Santo,

aliento y principio de vida que ha descendido

encima de los hombres y mujeres en el día de Pentecostés

y que empuja a la comunidad eclesial hacia la igualdad.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF


Credo (XV).

Creo


Creo en la familia, oh Señor:

la que salió de tu diseño creativo,

fundada sobre la roca del amor eterno y fecundo;

la has elegido como tu hogar entre nosotros,

la quisiste como cuna de la vida.

 

Creo en la familia, oh Señor:

incluso cuando en nuestra casa

entra la sombra de la cruz,

cuando el amor pierde su encanto original,

cuando todo se vuelve difícil y pesado.

 

Creo en la familia, oh Señor:

como una brillante señal de esperanza

en medio de las crisis de nuestro tiempo;

como fuente de amor y vida,

como contrapeso a los numerosos ataques

del egoísmo y de la muerte.

 

Creo en la familia, Señor:

como mi camino hacia la plena realización humana

como mi llamado a la santidad,

como mi misión de transformar el mundo

a imagen de tu Reino.

 

Amén.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (XIV).

Creo


Creo en ti, amigo.

Creo en tu sonrisa,

ventana abierta de tu ser.

Creo en tu mirada,

espejo de tu honestidad.

Creo en tus lágrimas,

una señal de que compartes alegrías y tristezas.

Creo en tu mano,

siempre dispuesta a dar o recibir.

Creo en tu abrazo,

sincera bienvenida del corazón.

Creo en tu palabra,

expresión de lo que amas y esperas.

Creo en ti, amigo, así,

simplemente,

en la elocuencia de tu presencia y compañía

de tu silencio y de tu palabra,

de tus gestos y señales.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (XIII).

Creo

Creo en el amor porque contiene en sí todo el sentido de nuestra vida: nacemos para el amor, crecemos en el amor y estamos llamados a amar, en plena compartición y comunión con los hermanos, porque elevado a Dios, el amor puede ir más allá de los límites del hombre. 

Creo en los demás porque es en los que están a mi lado que encuentro tu rostro. 

Creo en la amistad porque reconozco en ella un punto de referencia importante que me da seguridad, confianza en mí mismo y en los demás, enseñándome a crecer y madurar. 

Creo en la vida como un gran regalo que Dios nos ha concedido y con el que podemos realizar el proyecto que Él ha puesto en nosotros. 

Creo en la oración porque nos permite entrar en intimidad con un amigo que está siempre disponible para escucharnos y consolarnos; porque nos permite elevarnos hasta Él, olvidando todo lo que nos preocupa y nos inquieta, y porque en Él encontramos la fuerza para hacer de nuestra vida una gran experiencia de amor. 

Creo en la inteligencia porque nos permite afrontar las decisiones de la vida con conciencia y responsabilidad. 

Creo en la sinceridad porque hace que nuestros sentimientos sean más puros y verdaderos. 

Creo en la confianza porque nos permite nunca estar solos. 

Creo en la felicidad porque nos hace vivos y capaces de dar espontáneamente y sin pretensiones. 

Creo en el respeto porque no nacemos para juzgar ni condenar, sino para aprender a crecer en el descubrimiento del gran valor que representa el otro para nosotros. 

Creo en la vida eterna porque nos permite superar las limitaciones humanas, la materialidad, dando un sentido aún más profundo a la vida terrena. 

Creo en la sencillez porque Dios eligió la sencillez del pan y del vino para que estuvieran siempre presentes y vivos entre nosotros. 

Creo en la conversión porque sólo a través de ella puedo liberar mi alma y acercarme a Dios libre de ataduras y en total satisfacción. 

Creo en el silencio porque nos permite superar la confusión de las palabras, reflexionar, comprender, escuchar y consolar mejor que cualquier palabra o cualquier oído. 

Creo en la música como una forma universal, directa y espontánea de comunicación. La música nos habla de nuestras vidas y nos da la oportunidad de reflexionar. 

Creo en la fuerza de voluntad porque es gracias al deseo y al estímulo que Dios inspira en el corazón del hombre que éste es capaz de afrontar todo para, al final, alcanzar su meta y encontrar en ella la plena felicidad. 

Creo en la Verdad porque todos necesitamos conocer la verdad; El hombre tiene sed de verdad. 

Creo en la generosidad porque ninguna recompensa es mayor que la alegría que nos puede dar la felicidad expresada por la sonrisa de un rostro amigo. 

Creo en la Providencia porque con ella nada nos puede faltar incluso cuando nada tenemos. 

Creo en lo cotidiano de cada día como un estímulo, un empujón hacia un camino de crecimiento que nos hace fuertes en la fe y nos hace testigos de tu misteriosa y preciosa presencia. 

Creo en la alegría perfecta, en el don de Dios de perdonar y sentirse perdonado. Un amor sin medida que llena el corazón de alegría y da valor para afrontar la vida. 

Creo en la libertad de ser uno mismo porque nos hace únicos, verdaderos, auténticos y libres. 

Creo en la paz porque es en la paz que construimos un mundo hecho de amor, de felicidad y de esa serenidad que nos hace peregrinos libres hacia ti, Señor. 

Creo en la creación porque lo siento en todas partes: en las montañas, en el cielo, en las nubes, en las estrellas, en el sol, en el viento... Todo nos habla de Él, de su belleza, de su misterio,... de su presencia. 

Creo en todo esto porque creo en Ti. 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (XII).

Creo


Creemos en Dios Padre que creó el mundo entero y que reunirá todas las cosas en Cristo. Él quiere que todos los hombres vivan juntos como hermanos en una sola familia. 


Creemos en Dios, el Hijo que se hizo hombre, murió y resucitó en gloria, reconciliando al mundo entero con Dios, derribando todos los muros que separan a los hombres, todas las barreras de religión, de clase, de raza, de cultura para crear una humanidad unida. Él es el único Señor que tiene autoridad sobre todo. Llama a cada hombre y a la sociedad, a la Iglesia y a la comunidad humana, a la reconciliación, a la unidad, a la justicia y a la libertad.


Creemos en Dios, Espíritu, promesa del Reino que ha de venir, que nos da el poder de anunciar el Evangelio de Cristo y su perdón a los hombres y a los pueblos, de amar y servir a toda criatura, de luchar por la justicia y por la paz, y llamar al mundo entero a reconocer, aquí y ahora, el Reino de Dios.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF


Credo (XI).

Creo


Yo soy un hijo de Dios.

Dios vive en mí.

Puedo ser lo que quiera

porque Dios es mi ayuda.

Nunca me canso

porque Dios es mi fuerza.

Nunca estoy enfermo ni triste.

Porque Dios es mi salud.

No me pierdo nada

porque Dios es mi proveedor.

Precisamente porque soy hijo de Dios,

estoy unido a la Divina Presencia de mi Padre.

Soy feliz en todo lo que emprendo

porque mi conocimiento y mi saber

aumentan en mí cada día que pasa.

Él me enseña.

Amén.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (X).

Creo


Creemos que la vida

no es una aventura para vivir

según las modas actuales,

sino un compromiso de llevar a cabo el proyecto

que Dios tiene sobre cada uno de nosotros:

un proyecto de amor

que transforma nuestra existencia.

 

Creemos que la mayor alegría

del hombre es encontrarse con Jesucristo,

Dios hecho carne. En Él todo

- miserias, pecados, historia, esperanza -

adquiere una nueva dimensión

y significado.

 

Creemos que todo hombre puede

renacer a una vida genuina y digna

en cualquier momento

de su existencia,

Completando hasta el final

la voluntad de Dios el hombre puede

no sólo hacerse libre

sino también derrotar el mal.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (IX).

Creo


Creemos en un solo Dios que es Padre,

fuente de toda vida, de toda belleza, de toda bondad;

de Él vienen y a Él vuelven todas las cosas.

 

Creemos en Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo del Hombre,

imagen visible y transparente del rostro invisible de Dios,

imagen alta y pura del rostro del hombre

tal como el corazón de Dios lo soñó.

 

Creemos en el Espíritu Santo,

que vive y trabaja en lo más profundo de nuestros corazones,

para transformarnos a todos a la imagen de Cristo.

 

Creemos que de esta fe fluyen

las esperanzas más esenciales de nuestra vida:

la comunión de los santos y de las cosas santas, que es la Iglesia,

la Buena Noticia del perdón de los pecados,

el Año de Gracia de la liberación de toda opresión,

la esperanza de la resurrección que nos da certeza

de que nada se pierde en nuestra vida,

ningún fragmento de bondad y belleza,

ninguna generosa gratuidad, por más oculta e ignorada que sea,

ninguna lágrima, ninguna amistad,

ninguna belleza ni verdad.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (VIII).

Creo


Creo que Dios "es" amor.

Creo que Él “es” familia.

Padre, Hijo, Espíritu Santo.

Tres personas totalmente unidas por el amor,

que se hacen uno.

Creo que Dios es felicidad infinita.

Porque es amor infinito.

 

Creo que la creación es fruto del amor.

Porque el amor quiere compartir su felicidad.

Creo que todo hombre, incluso antes de existir,

es amado personalmente e infinitamente por Dios.

Y que siempre será amado,

sea cual sea su rostro y los caminos de su vida.

Creo que el hombre es el pensamiento amoroso de Dios hecho carne,

y que esta imagen y semejanza de Dios en él

podrá ser desfigurada, pero jamás destruida.

Creo que el hombre fue creado por amor.

Creado para el amor

y por lo tanto libre

e invitado a la infinita felicidad del amor.

 

Creo que Dios dio toda la creación a los hombres.

para que juntos puedan ser huéspedes de ella, completarla

y ponerla al servicio de todos.

Creo que Dios creó al hombre creador con Él.

A través de la familia humana, imagen de su familia.

y libre de dejar fluir la vida o de rechazarla.

 

Creo que "de tal manera amó Dios al mundo

que envió a su Hijo al mundo"

y ese amor infinito tomó, en María,

el rostro de un hombre,

el cuerpo de un hombre,

el corazón de un hombre,

los afectos y sentimientos de un hombre:

Jesús de Nazaret.

Treinta y tres años de vida,

en el centro de la historia humana,

un antes y un después.

Yo creo que Jesús,

porque es hombre,

es hermano de todos los hombres.

porque es prójimo y samaritano,

es solidario de todos los hombres,

y se alegra y sufre

sus alegrías y sufrimientos

como se alegró y sufrió los suyos propios.

 

Creo que Jesús,

dando su vida por amor a sus hermanos,

nos devolvió a cada uno de nosotros,

y a la humanidad en su conjunto,

todo el amor que desperdiciamos.

Devolviéndonos el amor, nos devolvió la vida.

Creo que Jesús ha pasado por la muerte, que está vivo.

Entre nosotros hasta el fin de los tiempos

y que los hombres, por Él y en Él,

pueden vivir la vida que nunca terminará.

 

Creo que los creyentes y amantes de Jesús

juntos forman un gran pueblo,

una gran comunidad: la Iglesia.

Creo que esta comunidad-iglesia,

de la que soy miembro en Jesús,

y con mis hermanos.

Por nuestro trabajo, pobre y pecador

no ha podido mantener su unidad.

Pero creo que ella está llamada a ser santa.

una y signo de la comunión del amor.

 

Creo que el Espíritu de Jesús, el Espíritu Santo,

es el aliento del amor.

Que viene al encuentro del hombre -libre-

libertad que puede abrirse a Él

para darle la bienvenida,

dejándose invadir por Él, impregnar por Él.

y ser enviado a otros.

Aliento de amor que une al hombre con el hombre,

a los hombres entre sí, al universo,

y que constituye el "Reino del Padre".

Reino del amor arraigado en el presente de la historia humana

para florecer mañana en el amor trinitario.

 

Creo que el amor no puede morir,

porque viene de Dios

y vuelve a Dios,

pasando por el hombre libre

que se abre y recibe de Dios,

y a su vez los devuelve a Dios.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (VII).

Creo


Creo en ti, Padre,

Dios de Jesucristo,

Dios de nuestros padres y Dios nuestro:

Tú, que tanto amaste al mundo

Hasta no reservar

tu Hijo unigénito

y entregarlo por nosotros,

Tú eres el Dios, que es Amor.

Eres el principio sin principio del Amor,

Tú que amas en pura gratuidad,

por la radiante alegría de amar.

Eres el Amor que eternamente comienza,

la fuente eterna de donde fluye

cada regalo perfecto.

Nos hiciste para ti,

imprimiéndonos la nostalgia de tu Amor,

y contagiándonos con tu caridad

para dar paz a nuestros corazones inquietos.

 

Creo en ti, Señor Jesucristo,

Hijo eternamente amado,

enviado al mundo para reunir

a los hijos con su Padre.

Tú eres la pura acogida del Amor,

Tú que amas con infinita gratitud,

y nos enseñas que recibir también es divino,

y que dejarse amar

no es menos divino que amar.

Eres la Palabra eterna que salió del Silencio

en el diálogo interminable del Amor,

el Amado que todo recibe y todo da.

Los días de tu carne,

viviste totalmente en obediencia al Padre,

en el silencio de Nazaret, en la primavera de Galilea,

en tu peregrinación a Jerusalén,

en la historia de la pasión,

en la nueva vida de la Pascua de Resurrección.

Nos contagian las gracias del amor,

y hacen que seamos, al seguirte,

aquellos que creyeron en el Amor,

y viven en espera de tu venida.

 

Creo en ti, Espíritu Santo,

Señor y dador de vida,

que flotabas sobre las aguas

de la primera creación,

que descendiste sobre la Virgen acogedora

y sobre las aguas de la nueva creación.

Tú eres el vínculo de la caridad eterna,

unidad y paz

del Amado y del Amante,

en el diálogo eterno del Amor.

Eres el éxtasis y el don de Dios,

Aquel en quien el amor infinito

se abre en libertad

para suscitar y contagiar amor.

Tu presencia nos hace Iglesia,

gente de caridad,

unidad que es signo y profecía

por la unidad del mundo.

Tú nos haces una Iglesia de libertad,

abierta a lo nuevo

y atenta a la maravillosa variedad

despertada por ti en el amor.

Tú eres en nosotros esperanza ardiente,

Tú unes el tiempo y la eternidad,

la Iglesia peregrina y la Iglesia celestial,

Tú abres el corazón de Dios

a la acogida de la creación y de la historia,

y los corazones de nosotros, hijos,

al don del Amor, que no conoce fin.

En ti se nos da el agua de la vida,

en ti el pan del cielo,

en ti el perdón de los pecados,

en ti se nos anticipa y se nos promete

la alegría del mundo que viene.

 

Creo en ti, el único Dios de Amor,

Amante eterno, Amado eterno,

Unidad eterna y libertad del Amor.

En ti soy, me muevo, vivo y descanso,

dándote mi corazón,

pidiéndote que me escondas en ti

y que habites en mí.

¡Amén!

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (VI).

Creo


Creo en Dios y en el hombre

como imagen y semejanza de Dios.

 

Creo en el esfuerzo humano.

 

Creo en los hombres, en sus pensamientos,

en su trabajo incesante que los hizo lo que son.

 

Creo en la vida

como alegría y como duración:

no un préstamo efímero dominado por la muerte,

sino un regalo definitivo.

 

Creo en la vida

como una posibilidad ilimitada de elevación.

 

Creo en la alegría,

la alegría de cada estación, de cada etapa, de cada amanecer,

de cada atardecer, de cada rostro, de cada rayo de luz,

que empieza desde el cerebro, desde los sentidos, desde el corazón.

 

Creo en la alegría de la amistad,

en la fidelidad y palabra de los hombres.

 

Creo en mí mismo,

en las capacidades que Dios me ha dado,

porque puedo experimentar la mayor de las alegrías,

que es el de dar y de darse.

 

En esta fe quiero vivir.

 

Por esta fe quiero luchar

y con esta fe quiero dormirme

esperando el gran despertar

de los nuevos cielos y la nueva tierra

del Reino.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (V).

 Creo


- Creemos que Dios nos eligió antes de la creación del mundo, para ser santos y sin mancha delante de Él (cf. Ef 1,4). 

- Creemos que a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo (cf. Rom 8,29). 

- Creemos que Dios nos eligió desde el vientre materno, nos llamó por su gracia y tuvo a bien revelarnos a su Hijo para ser sus testigos y que lo anunciemos (cf. Gal 1,15-16). 

- Creemos que Dios escogió lo débil para avergonzar a lo fuerte, para que nuestra fe no esté fundada en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios (cf.1 Co 1,27). 

- Creemos que a cada uno Dios le ha dado la manifestación del Espíritu para el bien común (cf. 1 Cor 12). 

- Creemos que debemos comportarnos de una manera digna del llamamiento que hemos recibido: con toda humildad, mansedumbre y paciencia, procurando crecer en todo hacia Él (cf. Efesios 4,1-2). 

- Creemos que a quienes aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a quienes conforme a su propósito son llamados (cf. Rom 8,28). 

- Creemos en aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros (cf. Efesios 3,20). 

- Creemos que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús; porque fiel es el que nos llamó (cf. Flp. 1,6; 1 Tes. 5,24). 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (IV).

Credo


Creo en Dios que ama a cada persona,

porque por ella creó todo el mundo

y le confió su atención y cuidado,

por el bien de todos.

 

Creo que este Dios, único y bueno,

quiere revelar a todo el mundo

el significado y la alegría de vivir

confiando en todos

para construir un mundo mejor,

 

Yo creo en Jesús,

libertador y salvador de todos,

que murió para derrotar el mal

y se levantó para comenzar

nuevas relaciones de fraternidad y justicia.

 

Creo en el Espíritu Santo,

dado por Jesús para hacernos crecer

en la fe y la libertad,

en el amor y el servicio,

en el perdón y el compromiso.

 

Creo en la Iglesia,

la familia de Dios,

signo de su proyecto

de convocar a todos los pueblos en torno a Jesús

superando todas las diferencias.

 

Creo que la vida es bella

y tengo fe en el mañana,

porque sé que no estoy solo,

y sé de tener a mi lado

el Padre, Cristo, el Espíritu Santo

y la Iglesia.

 

Amén.

 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Credo (III).

Creo


Creemos en Dios, Padre de la ternura, Padre de la escucha, Padre de la esperanza, Padre del consuelo. 

Creemos en el Dios que sale a nuestro encuentro, no sólo que nos guía como un pastor con sus ovejas, sino que también nos acompaña en el camino equivocado. Un Dios que también es hermano. 

Creemos en un Dios que se revela en los hermanos, que a veces es peregrino, que siempre es marginado, un Dios pobre, un Dios sencillo, un Dios débil. 

Creemos en Dios, que es Papá y Mamá, que siempre tiene un corazón de misericordia para nosotros y para todos. 

Creemos que Dios nos habla hoy a través de Jesús que está vivo en nuestra vida y en la historia y camina con nosotros. 

Creemos que Dios a través del Espíritu Santo renueva en nosotros esa fuerza divina que nos hace presenciar su amor en las calles del mundo para danzar la belleza de la vida. Creemos y nos comprometemos… a seguir a este Dios Peregrino de la historia que trae la salvación a todos. 

Creemos en Dios Padre que nos acompaña en nuestro camino. 

Creemos en Dios que nos ayuda en los momentos de dificultad y se alegra connosotros en los momentos de celebración. 

Creemos en Dios que se nos muestra en los rostros de las personas que conocemos. 

Creemos en Dios que nos ayuda a crecer y nos comprende incluso cuando pensamos que está lejos de nosotros… 

Creemos en Dios, Padre que no se impone infundiendo miedo, sino que nos deja libres de elegir y de equivocarnos. 

Creemos en su perdón y su confianza en nosotros. 

Creemos en Dios y en su presencia a nuestro lado aun cuando no podamos reconocerla. 

Creemos en un Dios que sale al encuentro y se manifiesta en el otro. 

Creemos en un Dios que nos ama, aunque no siempre correspondamos a su amor. 

Creemos en un Dios que no nos abandona y nos toma de la mano. 

Creemos en un Dios amigo que permanece fiel con nosotros a lo largo de nuestro camino. 

Creemos en un Dios que no juzga, sino que nos abre los brazos y nos escucha incluso cuando estamos solos, incluso cuando es tarde, incluso cuando siempre le decimos las mismas cosas. 

Creemos en un Dios que es vida, amor y que sufre por sus hijos. 

Creemos en un Dios que es Padre misericordioso, que perdona todos nuestros pecados. 

Creemos en Dios, Él que nunca nos abandona, que a pesar de intentar escapar de su vista, nunca nos pierde de vista y obstinadamente sigue amándonos y guardándonos apasionadamente. 

Creemos en Dios que acoge a todos sus hijos sin distinción. 

Creemos en un Dios compasivo y cordial, atento y misericordioso. 

Creemos en un Dios que es amor para nosotros y para todos. 

Creemos en un Dios que se hace compasión, pero no sólo en su Hijo Jesucristo, sino en todos sus hijos que quieran ser instrumentos en sus manos. 

Creemos en la Iglesia, esa humilde comunidad de personas que se inspiran en el Evangelio y se convierten en Eucaristía o al menos lo intentan. 

Creemos en Dios que nos ama, que nos permite tomar nuestras propias decisiones, que nos permite cometer errores y que sabe perdonarnos cuando nos enojamos con Él por nuestros errores y cuando la vida no va como deseamos. 

Creemos en un Dios que se alegra con el hombre… que sufre con el hombre… Un Dios joven y lleno de entusiasmo cuyo amor por el hombre y la naturaleza es su mayor debilidad. 

Creemos en un Dios misterioso que se revela en la dulzura y la fuerza de un hombre. 

Creemos en el único Dios, vivo entre nosotros. Él es un Dios-Padre que nos enseña a nosotros los hijos el secreto y la belleza de la vida y el camino a seguir para poder saborearla plenamente. Él llora cuando caemos y se alegra cuando nos levantamos y vamos a su encuentro. Es un Dios más atento que nosotros a nuestras necesidades, dispuesto a dejarse encontrar y a acogernos pero también a llamar continuamente a las puertas de nuestro corazón. Es un Dios que nos ama inmensamente por lo que somos, hasta el punto de hacerse pan por nosotros. 

Creemos en un Dios que camina con nosotros, con nuestras familias, con nuestras felicidades grandes o pequeñas que sean. 

Creemos en un Dios que es nuestro Padre y que nos cuida con sus manos, su mirada, su bondad, sus reprimendas y sus preocupaciones a través de quienes nos rodean. 

Creemos en un Dios tan bello como una vida sencilla hecha de cosas pequeñas y grandes, pero también creemos en un Dios feo, que tiene hambre y una larga barba delante de una sonrisa sin dientes. 

Creemos en un Dios que es música. 

Creemos en un Dios que es paz y silencio. 

Creemos en ti Dios Padre, que estás cerca de nosotros y no te cansas de caminar con nosotros. 

Creemos en ti, Dios, hermano, porque te hemos encontrado y te encontramos saliendo a nuestro encuentro en lo que nos rodea, y si te acogemos, eres alegría, paz y plenitud. 

Creemos en un Dios que ya nos ha salvado porque nos ha amado. 

Creemos, Dios, que eres un Padre que quiere alegrarse con todos sus hijos e hijas. 

Creemos en un Dios bueno y misericordioso. 

Creemos en un Dios que está siempre cerca de cada uno de sus hijos. 

Creemos en un Dios que sufre por la injusticia, por la miseria, por las diversas formas de pobreza. 

Creemos en un Dios que espera que el hombre pueda sacar lo mejor de sí mismo. 

Creemos en un Dios que sabe esperar. 

Creemos en un Dios bueno y misericordioso que sabe escucharnos y acompañarnos a lo largo del día. Un Dios que sabe perdonar nuestros errores y nuestras debilidades. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos: esto nos ha enseñado Dios. 

Creemos en el Dios que es amor y ternura. 

Creemos en el Dios que, a pesar de todo, abraza a cada ser humano y se revela amorosamente a cada uno a través de los ojos y de la mirada del hermano, prójimo y samaritano, que está delante de nosotros. 

Creemos en un Dios hecho hombre, en un Dios compañero, que caminó nuestro camino, un camino que comienza desde abajo, desde lo último, desde lo humilde, hasta llegar a Jerusalén, la tierra de Dios y de la resurrección. 

Creemos en un Dios de pies sucios, en un Dios amable, en un Dios que no tiene miedo de esperarnos y de amarnos por lo que realmente somos. 

Creemos en ese Dios “invisible”, pero presente en nosotros que nos acompaña en el camino hacia una vida plena para nosotros, y para los demás que encontramos en este camino, para toda su creación. 

Creemos en ti, oh Dios, que no te impones con la fuerza sino que llamas pacientemente a la puerta de nuestro corazón. Tú no mandas ni ordenas al mundo desde arriba, sino que caminas junto a nosotros, nos escuchas y estás presente en la vida cotidiana más común. 

Creemos en ti, oh Dios, que siempre nos dices: “no temas, yo estaré siempre a tu lado”. 

Y encontraos a Dios en el lugar de trabajo, en el diálogo, en la comunicación de afecto y de estima, en el lugar de la prueba, en el sufrimiento, en las relaciones. 

Buscamos un camino para crecer en la misericordia de Dios, que escucha el grito de los pobres, de los oprimidos y me despierta, inquieta, interpela, sacude, para construir su Reino de Bienaventuranzas. 

Creemos en la Palabra del Evangelio, muro de apoyo para quienes juntos en el nombre del Señor componen y construyen la Iglesia. 

Creemos en el Año de Gracia de las personas huérfanas, imigrantes, pobres, viudas... 

Creemos en Ti, oh Dios, que eres pequeño, lento, positivo, incansable. 

Creemos en un Dios que nos hizo comprender que podemos ser el buen samaritano con aquellos menos afortunados que nosotros. 

Creemos que Tú, oh Dios, estás en todo y más allá de todo… porque tu gracia es abundante y tu amor es eterno. 

Amén. 

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

María, Virgen y Madre de la espera.

María, Virgen y Madre de la espera   Si buscamos un motivo ejemplar que pueda inspirar nuestros pasos y dar agilidad al ritmo de nuestro cam...