viernes, 30 de mayo de 2025

La sabiduría del camino para un peregrino.

La sabiduría del camino para un peregrino

Los últimos meses en Vic (Barcelona) han sido, están siendo, una excelente oportunidad para reflexionar sobre mi vida, ahora que acabo de cumplir treinta tres años de ordenación presbiteral y a las puertas de los 41 años como misionero claretiano y de los 60 años. Supongo que el don y la gracia de cada día sirven también precisamente para eso. 

«El camino entra por los pies». Así lo enseña un buen dicho scout. El camino, tan central en la vida del ser humano. Son palabras que han tenido un gran significado en mi vida como ser humano y creyente. Para mí sigue siendo una experiencia fundamental la del peregrino. He tenido la oportunidad de revivir peregrinaciones, de diversas maneras, lo que me ha dejado algunas lecciones fundamentales para la vida:

 

  • Toma la vida un día a la vez, un paso a la vez.

 

  • A veces, simplemente hay que seguir caminando.

 

  • Viaja ligero. No cargues con lastre.

 

  • Sé un buen compañero de viaje.

 

  • No hay un camino equivocado.

Intentaré explicarme mejor.

 

Tómate la vida un día a la vez, un paso a la vez. La peregrinación es, después de todo, el camino, no solo el destino. Lo mismo ocurre con la vida. No pretendas estar hoy donde deberías estar mañana. Vive el momento y disfruta del itinerario.

 

A veces, simplemente hay que seguir caminando. Todo peregrino tiene sus altibajos, especialmente cuando viaja solo. Hay momentos en los que piensas seriamente en tirar la toalla y coger el primer tren a casa. Cuando todo duele y el cansancio se hace notar. Días en los que todo parece ir mal. Aprende a aceptar los días malos junto con los buenos, y no esperes entenderlo todo. Deja que las cosas se aclaren poco a poco.

 

Viaja ligero. No cargues con lastre. Los que saben de montaña saben que el tamaño de la mochila es inversamente proporcional a la edad. Los que se inician meten todo lo imaginable, y un poco más, en la mochila. Los que tienen experiencia, sabiendo que tienen que cargar con todo a la espalda, solo llevan lo imprescindible para la ruta. Después de algunas peregrinaciones a pie, he aprendido a no llevar nada extra, nada que lleve solo «por si acaso». Viaja ligero, ¡también en la vida! Aprende a disfrutar de lo esencial, deja el lastre.

 

Sé un buen compañero de viaje. Uno de los placeres de caminar solo como peregrino es conocer a otras personas por el camino. Amistades sencillas que te reconfortan durante el trayecto. Más aún en la vida: todos necesitamos amigos. No cientos de amigos de Facebook, Instagram … (ni de los consiguientes likes), sino esas pocas perlas, amistades profundas construidas sobre la confianza, la transparencia, sin miedos. Y no esperes a que los demás den el primer paso, da tú el primero.

 

No hay un camino equivocado. Todos cometemos errores y nos encontramos en caminos equivocados. Pero, de alguna manera, cada encrucijada equivocada se convierte en una nueva oportunidad, un nuevo encuentro, una nueva experiencia. El camino es quizás más largo y tortuoso, pero, al fin y al cabo, nos hace ser quienes somos.

Y como misionero claretiano y presbítero, quizás algunos me preguntarían: «¿Y dónde está Dios en todo esto?». Si así fuera, yo respondería simplemente: «¿Y dónde no está?».

P. Joseba Kamiruaga Mieza CMF

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